28-12-11. Luego de acompañarme algún tiempo en otro vehículo, ella quedó descansando en casa.
Pasaron años, sí años, y ella siempre allí, esperando su momento.
Cuando estrenamos este furgón, en el primer viaje de proporciones, fue “natural” subirla para que nos acompañe. A los 15 kilómetros ya estaba bautizada: Cascarita.
Por su linda carita, sus colores, su fragilidad inocente, su auténtica simpatía.
Ya bautizada, contenta con su nombre, ahí, frente nuestro, empezó a bailar, un baile apacible y sosegado. ¡No crean que aluciné tan mal como para creer que estaba cantando mentalmente alguna canción! Nos dimos cuenta que su baile era consecuencia de su alegría y del camino.
Nos pusimos a codificar los “bailes de Cascarita”, según lo que entendimos que ella quería transmitirnos, quedó así:
Baile 1: Autopista (o ruta muy buena).
Baile2: Ruta ondulada.
Baile 3: Ruta con serrucho (no permanente, en ese caso corresponde Baile 4).
Baile 4: Pozos (seguidos).
Baile 5: Ripio.
Cascarita es nuestro alter ego colorido, nos acompaña con su casita a todos lados; ansiosa, también, por empezar el viaje.
Se la presentamos.
Yo soy Cascarita |
¡¡Bienvenida Cascarita!!
ResponderEliminarYa te tuve en mis manos y te mimé.
Espero que sepas cuidar, protejer y darles paz interior a mis padres en cuanto la necesiten.
[Te envidio un poco. Bastante]