Al ser un ticket que viene anexado a los otros edificios del Duomo (Baptisterio, Campanile), realmente no le dedicamos mucha atención a esta visita. Tal es así que teníamos entrada a las 11.00 hs al Campanile y llegamos poco antes de las 9.00 al Museo. ¡Gran error! Es un edificio medio escondido ya que tiene una pequeña entrada aunque está frente al Duomo, su moderna arquitectura contrasta con el resto del centro histórico de Florencia.
Por dentro es un fascinante mundo donde observar desde detalles de mármoles de la fachada de la catedral, hasta increíbles obras de Miguel Ángel.
Lamentamos tener que salir apurados a nuestra visita programada.
Como es costumbre hay a la salida una librería a la cual se puede acceder desde la calle sin tener que pagar la entrada del museo.
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