Descendemos
nuevamente hacia el mar, pasando otra vez por los extensos arrozales que
bordean gran parte del camino. El paisaje es muy pintoresco, hay terrazas
inundadas a distintos niveles, según el grado de maduración del cultivo.
24-08-12. Llegar a Lambayeque fue todo amabilidad. Ingresamos al Museo Bruning para solicitar información turística y nos ofrecen autorizarnos a pernoctar allí mismo.
Pasamos
dos noches a metros de momias, máscaras funerarias, innumerables cerámicos,
joyas y tocados de oro, además de estar también a metros de los guardias de
seguridad. ¡Una experiencia diferente!
Ingresamos
a la Iglesia de San Pedro y tenemos la suerte de conocer a Jorge Izquierdo,
historiador que coordina la restauración del templo. Tenemos una charla
interesantísima, nos muestra los frescos
que están descubriendo actualmente, tapados desde hace muchísimo tiempo por
altares de madera. También nos cuenta la historia de varias de las imágenes de
santos y vírgenes; y de los materiales y técnicas que se están empleando en la
restauración. Fue mucho más que una visita guiada, fue poder ingresar hasta las
entrañas de este edificio y de su historia.
Visitamos la casa Montjoy, una mansión del Siglo XVIII, que ostenta el balcón colonial (“de cajón corrido”), según dicen, el más extenso de Perú y Sudamérica con 64 mts. de longitud. Se encuentra recientemente restaurada.
No podíamos dejar de pasar la oportunidad de probar el famoso King Kong Lambayecano, un turrón relleno con manjar blanco, piña y maní, con pasas de uvas a los lados. También hicimos lo propio con la torta “triple leche” húmeda y exacta en sus proporciones para lograr una exquisitez.
26-08-12. Visitamos el Museo Tumbas Reales de Sipán, a cuatro cuadras del anterior.
Recorrimos
durante tres horas, casi sin sentirlas, este edificio que expone didáctica y
escenográficamente los hallazgos de las tumbas descubiertas en el Sitio
Arqueológico de Sipán. Explicaciones concisas y claras, objetos representativos
de cada lugar y período de la cultura moche, en cantidades adecuadas, videos,
reproducciones de las tumbas halladas y una puesta en escena con muñecos
articulados, en tamaño real, y sonido que recrean las actividades de un grupo
de mochicas en presencia de “el señor”.
No sólo
está lleno de carteles con la prohibición de entrar con cámaras, celulares o
filmadoras sino que, no contentos con ello, revisan de modo bastante intrusivo las
pertenencias de los ingresantes.
Al salir
nos encontramos con Javier y Rosa, dos jóvenes argentinos de San Luis, que
estacionaron su Traffic al lado nuestro. Están viajando por Sudamérica desde
noviembre y tuvieron que lidiar también, como nosotros, con problemas
relacionados con los cambios en la normativa bancaria de nuestro país.
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