Bienvenida

¡Hola!

Este blog es un lugar, un lugar en movimiento para compartir.

Compartir los viajes, los paisajes, las vivencias, las alegrías, las reflexiones y, por qué no, las penas, que, esperamos, no sean muchas.

¿Por qué territorio? Porque es la tierra que nos aloja y es, también, el aire, el mundo material y simbólico, las ilusiones y herencias que también nos sostienen.

¿Por qué en movimiento? Porque, al movernos, lo cambiaremos y será cambiado. Por el paisaje, la gente, el camino, otros soles, nuevas lluvias; en este desafío de trasladarnos con nuestro territorio a largo plazo, en el tiempo y en el espacio.

¡Suban con nosotros y acompáñennos! ¡Pongámonos en movimiento!

Adriana y Nelson


15 nov 2012

Una Familia Kichwa



Partimos de Puyo hacia el sur en el intento de visitar comunidades indígenas de la región. No teníamos mucha idea de cómo se podía realizar ello, obviando las empresas de turismo. Nos detenemos en el Centro Artesanal Cotococha y, luego de comprar artesanías realizadas con semillas de la zona, nos enteramos que es posible permanecer y realizar lo que es llamado “turismo comunitario”, permanecer dos días con una familia kichwa, compartiendo su vida y realizar algunas excursiones para conocer la flora del lugar.



















En estos dos días y medio aprendimos sobre la construcción y uso de la cerbatana (incluso practicamos tiro con una), recorrimos senderos para conocer la flora y su ancestral uso medicinal, visitamos cascadas, entre ellas la fabulosa Cascada Escondida de una belleza impactante (para llegar a la misma tuvimos que nadar), nos vestimos con ropa típica y su correspondiente pintura en el rostro pero, lo más importante, fue conocer y compartir las costumbres, modo de vida y de relacionarse de esta familia.



















Julián y Clara, de poco más de cuarenta años, tienen nueve hijos y once nietos. Las hijas casadas viven en el mismo terreno, cercanas a la gran y única cocina-comedor, en la que comparten muchas horas del día. Nosotros utilizábamos una amplia mesa con sus bancos, pero ellos generalmente se sentaban en el suelo o en pequeños troncos que allí había.

Esta construcción, así como los dormitorios, está separada del suelo por gruesas vigas de madera, como si fuese palafitos.

El comedor tenía paredes de un metro de alto, que separan e integran con el entorno.
Pequeñas telas amarradas en las esquinas, formaban hamacas donde eran acunados los bebés. Perros, loro y papagayo entraban y salían a voluntad.



















Las edificaciones son de caña y madera. Con techos de palma y paja toquilla, realizados con gran destreza. En los momentos de lluvia pudimos comprobar que ni una gota de agua se filtraba al interior.

Los dormitorios se hallaban en una edificación cuadrangular, separada internamente en dos partes por paneles de madera que no llegaban al techo. Un sector para la familia y otro, con varias camas para los visitantes.
El único foco de luz estaba en el centro y la familia controlaba el interruptor.


A pesar de que hace muchos años que se dedican a alojar turistas y tienen muy organizadas las actividades, de todos modos se establece una relación muy personal y cercana.

Reparamos en que, aunque tienen pleno contacto con el mundo “occidental” y usan ciertos adelantos tecnológicos (teléfono móvil, electricidad, CDs), también mantienen vivas sus creencias, formas de alimentarse (caza en la selva, cultivos ancestrales), y métodos de sanación y conocimiento.


Nos despedimos de la familia con cierta tristeza, percibimos una sensación recíproca, pero alegres de haber podido vivir esta experiencia.


4 comentarios:

  1. Hermosa foto! Precioso atuendo natural!!!

    ResponderEliminar
  2. Me encantó esto!!
    No había reparado en estre post. Quisiera vivir esta experiencia.
    ¿Cómo puedo hacer? ¿Me cuentan un poquito por mail?
    Porque no entendí ni en que pueblo queda, o es cerca de ¿Qué?


    GRACIAS.

    ResponderEliminar
  3. Por mail te pasamos el número telefónico.

    ResponderEliminar