Dormimos en una estación de
servicios cerca de La Paz (ya en la provincia de Entre Ríos) y, apenas retomado
el viaje un pavo (ave) se nos cruza en la ruta. No podemos esquivarlo y lo
impactamos llevándose toda la óptica izquierda, que quedó destruida en mil
pedazos, probablemente pisada por un camión que circulaba por la mano
contraria.
El ave murió, nosotros
pasamos la mañana recorriendo pueblos cercanos para comprar y colocar el faro ausente.
Así fuimos recorriendo Crespo,
Nogoyá, donde sólo pudimos conseguir la luz de giro (también rota).
Arribamos a Victoria, para
cambiar el clima fuimos a almorzar una exquisita boga asada (plato típico de la
zona), en una parrilla de la zona portuaria, el ambiente es familiar y
sencillo, la ensalada de radicheta y el pan estaban deliciosos y la cerveza
bien fría.
Caminamos por la antigua costanera.
Desde que entramos al pueblo percibimos un constante olor a polvo en
suspensión. El mismo se enfatiza por la noche, cuando una calera inicia su
funcionamiento. ¡Desagradable!
Nos alojamos en el Camping
Municipal ($25 por pax y $50 el vehículo), hay baños, electricidad, mesas,
sillas, parrillas y bastante sombra; a pesar del clima frio había unos cuantos campistas,
creemos que fueron a pescar.
02-06-13. Después del
desayuno al aire libre, a pesar del frío, visitamos el Cerro La Matanza. El nombre
es conmemorativo a la matanza de indígenas producida por los españoles. Irónicamente,
solo encontramos un Via Crucis cristiano, ninguna señal de los habitantes
originarios.
Intentamos ver el Monte de
los Ombúes pero, además que habíamos sido alertados de que quedaban muy pocos,
no pudimos acercarnos porque había carrera de kartings en el lugar.
Nos dirigimos a la abadía del
Niño Dios, donde compramos queso y dulce de leche, elaborado por los monjes
benedictinos.
Nuevamente en el pueblo,
compramos unos ricos pastelitos y mateamos en la costanera. La gente es
sencilla y amable, Victoria vive a ritmo tranquilo.
03-06-13. Hace frío (2,8 °C),
desayunamos dentro de la casita. El paisaje es hermoso, césped, árboles añejos,
caballos, el río, el cielo azul.
Limpiamos la Master y
partimos hacia San Lorenzo, en el intento de conseguir la famosa óptica. Cruzamos
el enlace vial Victoria-Rosario y, pagando $18 de peaje, llegamos para
encontrarnos con que allí tampoco la tenían. Son tan caras que los comerciantes
sólo las llevan por encargo.
Partimos hacia Buenos Aires,
a las 18,30 hs paramos para hacer noche en una estación de servicio en la
autopista.
Er 12
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