Otra vez en Corrientes,
paramos en Empedrado, caminamos por su pequeño muelle y pasamos la noche en una
estación de servicio, a la salida del pueblo.
31.05.13. Antes de las 6.00
hs ya estábamos despiertos, pero el frío no invitaba a levantarnos. Así y todo,
como nos habíamos acostado temprano nos decidimos a desayunar. Luego, hicimos
tiempo hasta las 7.10 hs, cuando empezó a aclarar y partimos hacia Goya.
Nos detuvimos en esa
localidad a la vera del Rio Paraná, allí tomamos mate y, a disgusto, volvimos a
colocar el cubrecama grueso así como dejamos a mano nuestra ropa de invierno
(hacía meses que todo esto estaba guardado).
Los afectos pudieron más que
el clima y seguimos hacia el sur, aún sabiendo que los efectos de la ola polar
se sentirían con mayor rigor.
Continuamos hasta Esquina,
donde llegamos alrededor de las 14.00 hs.
Estacionamos en la costanera,
e hicimos fideos. El vino nos impulsó a dormir la siesta. El cielo nublado y la
tarde fresca, también.
Dimos unas vueltas por el
pueblo, es pintoresco y está bien cuidado. Casas antiguas con plantas que
crecen en sus paredes, alternan con otras más modernas en medio de grandes
terrenos con césped, flores y árboles.
El brazo del Río Paraná sobre
el que se encuentra esta pequeña ciudad, ofrece a la vista islotes con verde
césped, como si fueran parques especialmente sembrados.
El lugar daba para quedarse más
horas, y hasta otro día, pero ya pusimos fecha de llegada a Buenos Aires y
queremos respetarla.
Avanzamos unos 80 kilómetros
para estar más cerca de Victoria (Entre Ríos), ya que tenemos intenciones de
estar algunos días allá para conocerla con relativa profundidad.
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