Bienvenida

¡Hola!

Este blog es un lugar, un lugar en movimiento para compartir.

Compartir los viajes, los paisajes, las vivencias, las alegrías, las reflexiones y, por qué no, las penas, que, esperamos, no sean muchas.

¿Por qué territorio? Porque es la tierra que nos aloja y es, también, el aire, el mundo material y simbólico, las ilusiones y herencias que también nos sostienen.

¿Por qué en movimiento? Porque, al movernos, lo cambiaremos y será cambiado. Por el paisaje, la gente, el camino, otros soles, nuevas lluvias; en este desafío de trasladarnos con nuestro territorio a largo plazo, en el tiempo y en el espacio.

¡Suban con nosotros y acompáñennos! ¡Pongámonos en movimiento!

Adriana y Nelson


23 mar 2014

Finalmente: ¡casa!

01-09-13. Luego de 522 días y 47.735 km recorridos volvemos a casa.

Está igual y está distinta a la vez, es difícil de explicar. No podemos decir en qué ha cambiado; es la misma, pero hay un cierto distanciamiento en nosotros que hace que la veamos distinta. Posiblemente con los días esta sensación vaya desapareciendo, la volvamos a sentir plenamente nuestra.

Nuestros gatos nos reciben prontamente. Hay que aclarar que muchas veces, cuando viajamos unos días, se muestran reacios ante nuestro regreso. No se nos acercan, hacen como si nos ignoraran. Esta vez no, rápidamente recobramos los antiguos hábitos. Los modos de relacionarnos.



Estamos a unas semanas del inicio de la primavera pero el frío se hace sentir, como lo hará el resto del año a excepción (con suerte), entre mitad de diciembre y mitad de enero.
Miramos los montones de cajas con cosas empacadas y no nos dan muchas ganas de abrirlas, no hemos extrañado mucho a “las cosas”. Nuestras cosas.

Volver a trabajar, volver a hacer las actividades (antes) cotidianas, pagar servicios, comprar siempre en el mismo supermercado, son cosas que nos resultan extrañas, como alejadas de nuestra realidad. Y así fue por muchos meses. ¿Podremos volver a adaptarnos a esta situación? ¿Será “conveniente” hacerlo? ¿Ganaremos-perderemos algo al hacerlo?

Antes del viaje, hubo una realidad que fue la cotidiana, aquella que no se discute o problematiza. Ahora podemos verla desde otra perspectiva, como con cierta distancia. Aún no sabemos si volveremos a construir la misma de antes, o la experiencia del viaje supondrá (por no poder o no querer) un no volver a ese punto. Un apartamiento permanente de aquella forma de vida.




Por lo pronto tenemos muchas conversaciones y abrazos pendientes con amigos. Lugares y recuerdos, comidas y gestos con que reencontrarnos.

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