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¡Hola!

Este blog es un lugar, un lugar en movimiento para compartir.

Compartir los viajes, los paisajes, las vivencias, las alegrías, las reflexiones y, por qué no, las penas, que, esperamos, no sean muchas.

¿Por qué territorio? Porque es la tierra que nos aloja y es, también, el aire, el mundo material y simbólico, las ilusiones y herencias que también nos sostienen.

¿Por qué en movimiento? Porque, al movernos, lo cambiaremos y será cambiado. Por el paisaje, la gente, el camino, otros soles, nuevas lluvias; en este desafío de trasladarnos con nuestro territorio a largo plazo, en el tiempo y en el espacio.

¡Suban con nosotros y acompáñennos! ¡Pongámonos en movimiento!

Adriana y Nelson


7 feb 2012

Nota Sobre la Paciencia

07-02-12. Paciencia: debería ser nuestro nombre.

Como contamos en la primera entrada, este loco plan comenzó muy bien, se iban concretando las fechas planeadas pero, a partir de un aciago momento, todo empezó a deslizarse lentamente, como cuando uno patina en el hielo y las cosas se acercan y se alejan en cámara lenta, y la velocidad de uno es distinta, mentalmente diferente a lo que ve. Esta diferencia, cuando no la buscamos, enerva y enloquece.

Entonces, ya contada en otra entrada a este blog: “La Espera”; ahora deberíamos hablar de “La espera 2” y como segundas partes nunca son buenas, ésta, por lo menos, es tan mala como la primera.
Ahora se trata de esperar al señor que, por medios alquímicos, transformará la caja de lata del furgón en una casa para habitar un año, por lo menos, mientras se mueve por allí (el furgón, espero que no el señor, al menos hasta que la termine).
Nos hacemos cargo de que habíamos pactado una fecha para llevarle el furgón y no cumplimos, no por nuestra voluntad, pero ahora todo se va dilatando por las vacaciones, los feriados, los pedidos, otros encargos, las complicaciones, los qué se yo, las cosas que no llegan, los atrasos de los atrasos que atrasa lo que venía atrasado y etc., etc.

Con dificultad logramos arrancarle una fecha en que debería estar terminada: entre el 20 de febrero y fin de ese mes (¿¡será eso posible!?), aún más, agrega: “así la prueban antes de irse”. Esperamos que el resultado de esa prueba sea mejor que la anterior (viaje a La Pampa). La idea era, recuerdo, irnos en los primeros  días de abril. Entonces, si todo sale bien (lo cual no estaría nada mal), no parece tan imposible.

Paciencia: parece que viene de patis-patiens que es sufrir, y ¿tendrá que ver con pathos, patología? Aunque no etimológicamente,  parecería que sí con la producción de patología por la (no) paciencia. Pero ¿cuánto, o cuándo, es paciencia buena y cuánto, cuándo, es mala? ¿Cuál es el límite, cuál el poroso borde entre ambas?
Paciencia… ¡¿paciencia?!

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