Esta hermosa ciudad sorprende,por su belleza- aunque no se esmera mucho por agradar a los turistas, sabe que no necesita esforzarse para que seamos cautivados por sus empinadas calles, sus balcones, sus puertas y el ambiente alegre y relajado que hay en sus calles-, además de la simpatía y cordialidad de sus habitantes.
El Museo Nacional de la Lucha Contra bandidos y la Iglesia de la Santísima Trinidad poseen miradores desde donde se logran excelentes vistas de la ciudad vieja, sus techos de tejas rojas, las sierras cercanas, las callecitas adoquinadas, palmeras y frondosos árboles .
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