Para empezar a mostrar las diferencias entre lo que a uno le venden y lo que sucede, diremos que, desde la agencia nos pidieron que,
en vez de pasar a buscarnos por nuestro hospedaje, nos llegásemos a su local por nuestros propios medios (estábamos a dos km de la agencia).
Llegamos 20
minutos antes pero la Renault Master que nos llevaría, lo hizo 20 minutos más
tarde del horario pactado, con algunos pasajeros a bordo, luego estuvimos varios
minutos (unos 120) recorriendo Cusco, buscando a otros pasajeros en sus
hoteles.
El viaje se inició
tranquilo por rutas asfaltadas, entre los cerros. Paramos a desayunar (no
incluido) y tomar fotos. Continuación y, aproximadamente a las 14.30 hs, parada
para almorzar (comida incluida, excepto la bebida), ya todos bastante cansados.
Continuación con
tramos de tierra alternados con asfalto, los últimos kilómetros (muchos)
caminos de cornisa sobre tierra bastante peligrosos.
El Nevado Verónica nos acompañó un trecho |
Arribamos a
Hidroeléctrica aproximadamente a las 16,00 hs, nos esperaba Edwin, un joven que
nos trataba como si fuésemos soldados: “OK señores, vengan acá”, “OK señores,
escuchen”, nos hacía reunir, daba alguna información vaga sobre la continuación
de la caminata y luego: “OK señores, rápido, continúen, vamos”
Esto se reiteró
varias veces en el recorrido hasta que…lo perdimos de vista.
Oscureció y cada
uno continuó como podía (no nos avisaron de llevar linternas), incluso en
algunos tramos había que cruzar por los durmientes de las vías, demasiado
separados entre sí, los pequeños ríos caudalosos que atravesaban el sendero.
Foto sacada de dìa de lo que tuvimos que cruzar a oscuras la noche anterior. |
Llegamos hasta un
punto de encuentro, previo al pueblo, en plena oscuridad, luego de unas tres
horas de caminata. Allí nos esperaba nuevamente Edwin donde continuaron
repitiéndose las frases que emitían información cada vez más ambigua y
contradictoria, por ejemplo hora de encuentro para cenar, momento en que nos
encontraríamos con el guía que nos acompañaría a M. Picchu, la invitación a ir
a las termas del pueblo antes de la cena lo cual, observábamos, era imposible
por los otros horarios que se manejaban.
Llegamos a Aguas
Calientes cerca de las 19.15, donde nos tomaron lista parados en la calle
frente al restaurant, pidiéndonos nuestros documentos (para sacar la entrada al sitio arqueológico) y, luego, repartiéndonos
por los hostales. Este “reparto” se efectuó con el grupo entero siguiendo al guía por
las calles del pueblo, donde aquél preguntaba al conserje de cada hostal si había vacante y
allí trataba de alojar a todos los que podía, empleando el mecanismo de los
casilleros. Por ejemplo si había una habitación para cuatro trataba de alojar a
cuatro, no importaban el conocimiento previo, los sexos, afinidades, idiomas.
El cansancio ya no
nos dejaba ni protestar, polvorientos, transpirados y agotados necesitábamos desplomarnos, bañarnos…
En nuestro caso
alegó que el hostal que habíamos visto en las fotos de la agencia estaba
completo. Como habíamos solicitado cama matrimonial nos paseó por varios
hospedajes para finalizar en uno, con camas separadas!!!, que se encontraba a unos
treinta metros del punto de partida (caminamos por todo el pueblo por nada).
Nos advirtieron
que sólo podíamos pernoctar allí una noche ya que la habitación estaba reservada para el día siguiente. Creció el temor en nosotros relativo a que, al día siguiente tuviésemos que pasar por la misma situación.
La puerta de la
habitación daba a la conserjería y a la puerta de entrada del establecimiento
que generalmente estaba abierta. Apoyamos los bolsos en el cuarto a las 19.40 hs y
a las 20.00 teníamos que estar cenando.
No sólo no quedó
tiempo para las termas, sino que uno de nosotros tuvo que esperar después de la
cena para bañarse.
Al día siguiente
nos despertaron 4.40 (como habíamos pedido) y nos solicitaron la llave de la
habitación. Tuvimos que llevar todo el equipaje hasta el restaurant donde
desayunamos y dejarlo ahí.
De allí a hacer
fila para sacar el ticket del bus que nos llevaría al sitio arqueológico. La
consigna era reunirse con el guía a las 6.30 hs en la entrada del mismo. Los
que quisieron ir caminando ya habían salido a las 5.00 del pueblo.
Al final del
recorrido, nos acercamos al guía y luego a su ayudante para recordarles que
debían encontrarnos otro lugar para hospedarnos, y no estábamos dispuestos a
repetir la experiencia anterior.
Cuando llegamos a
Aguas Calientes nos habían encontrado otro hostal con … también la habitación
cerca de la entrada, por lo que estábamos muy atentos (sin desearlo) a los
movimientos de todos los pasajeros del lugar. Este hostal, de nombre “John”,
tiene la particularidad de que no brinda jabones y cuando los reclamamos
respondieron: “no damos, no tenemos”. Tanto en éste como en el de la noche
anterior no había placards, ni percheros y ni siquiera una silla para apoyar o colgar
las cosas. Al día siguiente nos enteramos que en otro hostal no daban toallas….¡¡¡había
que alquilarlas!!!
A las 11,00 hs,
emprendimos el regreso. Caminamos por nuestra cuenta hasta Hidroeléctrica y,
así, tomar el bus para volver a Cusco. El camino es hermoso, con aves y flora
selvática, varios riachos corren desde la montaña al rio Urubamba, rio sagrado
para los Incas, se observan las laderas de las montañas con varias paredes que
parecen cortadas con regla.
Pero al llegar
querían ubicar primero a los pasajeros que habían visitado el día anterior a M. Piccu, y luego
a los que habíamos llegado hacía 48 hs!!! Ante tamaña irracionalidad, nos
enojamos y logramos salir en el primer vehículo a Cusco.
Precio que abonamos por el
paquete, por persona: u$s 135, aunque otro integrante del tour dijo que pagó
u$s 100 (con una noche de hospedaje).
Luego, averiguamos
los precios individuales. Estos son:
- Transporte en
bus Cusco-Hidroeléctrica-Cusco: 50 soles
- Entrada M. Piccu
para extranjeros: 156 soles
- Noche en hostal:
50 soles
- Guiada en M
Piccu: 45 soles (grupo de al menos cuatro)
Total: 301 soles (
u$s 115), a lo que hay que sumarles las comidas. Es decir no hay tanta
diferencia entre los costos, y, comprando el paquete, uno se ahorra el pensar y ejecutar la logística.
Por ejemplo adquirir la entrada para ingresar a las ruinas es todo un trámite.
Eso sí, yendo por cuenta propia uno va viendo lo que compra…la otra opción es ir abierto a
las sorpresas.
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