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¡Hola!

Este blog es un lugar, un lugar en movimiento para compartir.

Compartir los viajes, los paisajes, las vivencias, las alegrías, las reflexiones y, por qué no, las penas, que, esperamos, no sean muchas.

¿Por qué territorio? Porque es la tierra que nos aloja y es, también, el aire, el mundo material y simbólico, las ilusiones y herencias que también nos sostienen.

¿Por qué en movimiento? Porque, al movernos, lo cambiaremos y será cambiado. Por el paisaje, la gente, el camino, otros soles, nuevas lluvias; en este desafío de trasladarnos con nuestro territorio a largo plazo, en el tiempo y en el espacio.

¡Suban con nosotros y acompáñennos! ¡Pongámonos en movimiento!

Adriana y Nelson


31 jul 2012

Machu Picchu 2. Nuestra realidad


Para empezar a mostrar las diferencias entre lo que a uno le venden y lo que sucede, diremos que, desde la agencia nos pidieron que, en vez de pasar a buscarnos por nuestro hospedaje, nos llegásemos a su local por nuestros propios medios (estábamos a dos km de la agencia).

Llegamos 20 minutos antes pero la Renault Master que nos llevaría, lo hizo 20 minutos más tarde del horario pactado, con algunos pasajeros a bordo, luego estuvimos varios minutos (unos 120) recorriendo Cusco, buscando a otros pasajeros en sus hoteles.

El viaje se inició tranquilo por rutas asfaltadas, entre los cerros. Paramos a desayunar (no incluido) y tomar fotos. Continuación y, aproximadamente a las 14.30 hs, parada para almorzar (comida incluida, excepto la bebida), ya todos bastante cansados.
Continuación con tramos de tierra alternados con asfalto, los últimos kilómetros (muchos) caminos de cornisa sobre tierra bastante peligrosos.


El Nevado Verónica nos acompañó un trecho




























Arribamos a Hidroeléctrica aproximadamente a las 16,00 hs, nos esperaba Edwin, un joven que nos trataba como si fuésemos soldados: “OK señores, vengan acá”, “OK señores, escuchen”, nos hacía reunir, daba alguna información vaga sobre la continuación de la caminata y luego: “OK señores, rápido, continúen, vamos”
Esto se reiteró varias veces en el recorrido hasta que…lo perdimos de vista.
















Oscureció y cada uno continuó como podía (no nos avisaron de llevar linternas), incluso en algunos tramos había que cruzar por los durmientes de las vías, demasiado separados entre sí, los pequeños ríos caudalosos que atravesaban el sendero.

Foto sacada de dìa de lo que tuvimos que cruzar a oscuras la noche anterior.















Llegamos hasta un punto de encuentro, previo al pueblo, en plena oscuridad, luego de unas tres horas de caminata. Allí nos esperaba nuevamente Edwin donde continuaron repitiéndose las frases que emitían información cada vez más ambigua y contradictoria, por ejemplo hora de encuentro para cenar, momento en que nos encontraríamos con el guía que nos acompañaría a M. Picchu, la invitación a ir a las termas del pueblo antes de la cena lo cual, observábamos, era imposible por los otros horarios que se manejaban.

Llegamos a Aguas Calientes cerca de las 19.15, donde nos tomaron lista parados en la calle frente al restaurant, pidiéndonos nuestros documentos (para sacar la entrada al sitio arqueológico) y, luego, repartiéndonos por los hostales. Este “reparto” se efectuó con el grupo entero siguiendo al guía por las calles del pueblo, donde aquél preguntaba al conserje de cada hostal si había vacante y allí trataba de alojar a todos los que podía, empleando el mecanismo de los casilleros. Por ejemplo si había una habitación para cuatro trataba de alojar a cuatro, no importaban el conocimiento previo, los sexos, afinidades, idiomas.

El cansancio ya no nos dejaba ni protestar, polvorientos, transpirados y agotados  necesitábamos desplomarnos, bañarnos…
En nuestro caso alegó que el hostal que habíamos visto en las fotos de la agencia estaba completo. Como habíamos solicitado cama matrimonial nos paseó por varios hospedajes para finalizar en uno, con camas separadas!!!, que se encontraba a unos treinta metros del punto de partida (caminamos por todo el pueblo por nada).

Nos advirtieron que sólo podíamos pernoctar allí una noche ya que la habitación estaba reservada para el día siguiente. Creció el temor en nosotros relativo a que, al día siguiente tuviésemos que pasar por la misma situación.
La puerta de la habitación daba a la conserjería y a la puerta de entrada del establecimiento que generalmente estaba abierta. Apoyamos los bolsos en el cuarto a las 19.40 hs y a las 20.00 teníamos que estar cenando.
No sólo no quedó tiempo para las termas, sino que uno de nosotros tuvo que esperar después de la cena para bañarse.

Al día siguiente nos despertaron 4.40 (como habíamos pedido) y nos solicitaron la llave de la habitación. Tuvimos que llevar todo el equipaje hasta el restaurant donde desayunamos y dejarlo ahí.
De allí a hacer fila para sacar el ticket del bus que nos llevaría al sitio arqueológico. La consigna era reunirse con el guía a las 6.30 hs en la entrada del mismo. Los que quisieron ir caminando ya habían salido a las 5.00 del pueblo.
Al final del recorrido, nos acercamos al guía y luego a su ayudante para recordarles que debían encontrarnos otro lugar para hospedarnos, y no estábamos dispuestos a repetir la experiencia anterior.

Cuando llegamos a Aguas Calientes nos habían encontrado otro hostal con … también la habitación cerca de la entrada, por lo que estábamos muy atentos (sin desearlo) a los movimientos de todos los pasajeros del lugar. Este hostal, de nombre “John”, tiene la particularidad de que no brinda jabones y cuando los reclamamos respondieron: “no damos, no tenemos”. Tanto en éste como en el de la noche anterior no había placards, ni percheros y ni siquiera una silla para apoyar o colgar las cosas. Al día siguiente nos enteramos que en otro hostal no daban toallas….¡¡¡había que alquilarlas!!!

A las 11,00 hs, emprendimos el regreso. Caminamos por nuestra cuenta hasta Hidroeléctrica y, así, tomar el bus para volver a Cusco. El camino es hermoso, con aves y flora selvática, varios riachos corren desde la montaña al rio Urubamba, rio sagrado para los Incas, se observan las laderas de las montañas con varias paredes que parecen cortadas con regla.

















Pero al llegar querían ubicar primero a los pasajeros que habían visitado el día anterior a M. Piccu, y luego a los que habíamos llegado hacía 48 hs!!! Ante tamaña irracionalidad, nos enojamos y logramos salir en el primer vehículo a Cusco.

Precio que abonamos por el paquete, por persona: u$s 135, aunque otro integrante del tour dijo que pagó u$s 100 (con una noche de hospedaje).

Luego, averiguamos los precios individuales. Estos son:
- Transporte en bus Cusco-Hidroeléctrica-Cusco: 50 soles
- Entrada M. Piccu para extranjeros: 156 soles
- Noche en hostal: 50 soles
- Guiada en M Piccu: 45 soles (grupo de al menos cuatro)

Total: 301 soles ( u$s 115), a lo que hay que sumarles las comidas. Es decir no hay tanta diferencia entre los costos, y, comprando el paquete, uno se ahorra el pensar y ejecutar la logística. Por ejemplo adquirir la entrada para ingresar a las ruinas es todo un trámite. Eso sí, yendo por cuenta propia uno va viendo lo que compra…la otra opción es ir abierto a las sorpresas.

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