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¡Hola!

Este blog es un lugar, un lugar en movimiento para compartir.

Compartir los viajes, los paisajes, las vivencias, las alegrías, las reflexiones y, por qué no, las penas, que, esperamos, no sean muchas.

¿Por qué territorio? Porque es la tierra que nos aloja y es, también, el aire, el mundo material y simbólico, las ilusiones y herencias que también nos sostienen.

¿Por qué en movimiento? Porque, al movernos, lo cambiaremos y será cambiado. Por el paisaje, la gente, el camino, otros soles, nuevas lluvias; en este desafío de trasladarnos con nuestro territorio a largo plazo, en el tiempo y en el espacio.

¡Suban con nosotros y acompáñennos! ¡Pongámonos en movimiento!

Adriana y Nelson


12 jun 2012

Salesópolis y Nacimiento del Tiete

22-05-12.  Paramos a tomar mate en esta pequeña ciudad de nombre raro, un oasis en la selva automovilística por la que transitamos ayer. Su tranquilidad hizo que caminásemos, visitáramos la hermosa Igreja Matriz de Sao José y nos informan de la posibilidad de visitar la naciente del Rio Tiete, que atraviesa el estado de Sao Paulo, y una hacienda, construcción del siglo XVIII, punto de tránsito en el comercio de esclavos.

Vamos al nacimiento del río y lo encontramos emocionante, a  más de 1.000 msnm en la arena se ve un muy pequeño remanso de agua, no podemos creer que es la naciente del río, un “ojo de agua” como estudiábamos en la escuela. El guía clava una caña en el fondo y notamos como el nivel del agua empieza  a subir rápidamente. Nos cuenta que, a pesar de que no se nota,  surgen 3.600 lts de agua por hora, impresionante.
En el parque hay cinco ojos de agua, sólo éste se permite ver a los visitantes. También nos enteramos que se junta  con el Río Paraná, aún en Brasil, y así desemboca en el Río de la Plata; es decir recorre miles de km para llegar al Océano Atlántico, y surge a unos 50 km. del mismo. Vaya recorrido para llegar tan cerca! ¿Nos pasará lo mismo en este viaje?
De allí vamos  a la “facenda” donde nos cuentan las  penosas historias de la misma. En este lugar se producía café en las plantaciones. Era ruta del comercio de esclavos, en esta casa se hacía un alto para descansar y para comerciar. Había una habitación especial para proteger a las vírgenes, a  la vez debían protegerse de los aborígenes caníbales de la zona que a veces los atacaban. No obstante esto, aún  hay demarcada la ruta en la selva por donde muchos esclavos intentaban escapar.
Un poco más “alegre” conocimos un nuevo fruto de este Brasil que no deja de sorprendernos, el “cambuci”, que amablemente extrajo del árbol el dueño de la “Casona Cenzala”, carnoso y agrio, es el protagonista de los platos y bebidas del Festival Gastronómico que se llevará a cabo en Salesópolis en los próximos días.

Fazenda


Sistema de Construcción con Canias y Barro


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