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¡Hola!

Este blog es un lugar, un lugar en movimiento para compartir.

Compartir los viajes, los paisajes, las vivencias, las alegrías, las reflexiones y, por qué no, las penas, que, esperamos, no sean muchas.

¿Por qué territorio? Porque es la tierra que nos aloja y es, también, el aire, el mundo material y simbólico, las ilusiones y herencias que también nos sostienen.

¿Por qué en movimiento? Porque, al movernos, lo cambiaremos y será cambiado. Por el paisaje, la gente, el camino, otros soles, nuevas lluvias; en este desafío de trasladarnos con nuestro territorio a largo plazo, en el tiempo y en el espacio.

¡Suban con nosotros y acompáñennos! ¡Pongámonos en movimiento!

Adriana y Nelson


8 may 2012

De Mendoza a San Juan


25-04-12Después de estar intentando salir de la ciudad de Mendoza buscando la salida hacia San Juan, logramos encontrar la ruta 40 y así avanzar hacia el nuevo destino.

Ni el piloto, ni la copiloto con los mapas, ni Paulina, desde el GPS, logramos encontrar la salida de manera directa. Cuando nos dimos cuenta de los caminos que nos estaba haciendo tomar el GPS lo cambiamos de modo trayecto más corto a trayecto más ágil.

No es la primera vez nos que pasa esto. Aunque sin GPS, en otras ocasiones también  terminamos conociendo lugares que habitualmente los turistas no recorren, esto no nos molesta, no rechazamos este conocimiento de lugares utilizados por la gente en su vida diaria, pero en ésta oportunidad estábamos ansiosos y acomodándonos a la idea de cruzar el territorio argentino de oeste a este para salir por Brasil sin tantos rodeos.

Llama la atención el contraste si ingresamos a la ciudad de Mendoza por el sur o por el norte. Saliendo hacia el norte, la pobreza de la tierra y de las tristes taperas es conmovedora. Cabras flacas al costado del camino.
Como si esto fuera poco,  más adelante en cuatro o cinco tramos la ruta nacional 40 advierte que tengamos cuidado con la altura del agua antes de continuar transitando, ¿del agua? El asfalto se transforma en largos badenes con postes a los lados que señalizan la altura del agua, ¿del agua?, ¿qué agua en esta aridez? Para aumentar la perplejidad no se ven ríos ni montañas cerca.


Antes, los bajos árboles coloreados con el rojizo de la tierra, nos dicen que aquí sabe haber viento y no llueve mucho. O si lo hace, lo hace puntualmente y con incomprensible fuerza.

Como aprovechándose de su potencia, la montaña se esconde a la izquierda, allá, muy lejos.

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