04-05-12. Llegamos a Panambí, el pórtico de arquitectura alemana nos
invitó a entrar al pueblo.
Entramos al municipio, Prefeitura Municipal, y nos miran
medio raro (se ve que no llegan muchos turistas). Cuando nos preguntan si
tenemos parientes o amigos allí y decimos que no, responden: llegaron por casualidad.
Son todos muy amables, nos brindan información sobre la
ciudad e incluso se comprometen a buscarnos información sobre unas termas que
se encuentran relativamente cerca.
Por la tarde volvemos a pasar y nos dan información bajada
de “internechi” (fonética) sobre dos centros termales. Como verán seguimos con
el tema de las termas a flor de piel. Se decepcionan un poco cuando les respondemos que habíamos almorzado comida que traíamos pero prometemos probar la pastelería de la
ciudad, de origen germánico, lo cual cumplimos.
Aquí la mayoría de la gente tiene ojos azules o celestes, la
mayoría de los autos son VW, incluso hay docenas de escarabajos que van y
vienen por el poblado.
Visitamos el centro y también recorremos un pequeño museo, muy interesante ya que resguarda los objetos que usaban
los primeros inmigrantes; primeros alemanes, luego alemanes e italianos. Son
objetos de uso cotidiano, lo que permite imaginar la vida esforzada de la
comunidad en sus orígenes.
En el municipio nos dicen que podemos pernoctar en el Parque
Municipal. A la tarde el sereno nos saluda y cuenta que su jefe lo llamó, informándole que íbamos a pasar la noche
allí. También nos ofrece poner el vehículo bajo techo, cosa que rechazamos,
y nos reitera que, ante cualquier situación, le avisemos, él estará
allí toda la noche.
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