Hay
signos de la industria minera en todo el camino, también se caracteriza la zona
por su producción láctea. No pudimos dejar pasar la oportunidad y compramos
manjar blanco (nuestro dulce de leche aunque más suave), queso de la variedad
Dubach, masitas de manteca típicas.
Paramos,
sin dificultad alguna, y caminamos mucho por el Centro Histórico. Recorrimos
hermosas iglesias barrocas con sus muros y cúpulas tallados en piedra. La
Iglesia de San Francisco y sus catacumbas.
Finalmente el tan promocionado “Cuarto del Rescate” donde el Inca Atahualpa estuvo prisionero después de ser capturado por los españoles.
Algunos
dice que prometió llenarlo de oro y plata a cambio de su libertad. Hoy en día
hay otras versiones de cómo sucedieron los hechos; de todos modos, lo seguro es
que los españoles tomaron el pago y lo mataron igual. Adquirimos un video
realizado por investigadores cajamarquinos en el que, a través de diversas
crónicas hacen su aporte a la discusión. Como aún no lo vimos, no podemos
hablar al respecto.
La
búsqueda de hilos para tejer nos permite interactuar con mucha gente, son todos
muy amables y cuando Adriana se pone a tejer en la plaza, varias mujeres le
preguntan sobre lo que está haciendo, la técnica, etc. Es muy común ver mujeres
tejiendo, incluso lo hacen mientras caminan.
También
es muy simpático ver a las mujeres con vestimenta típica de la sierra, tal como
vimos en la cordillera, más al sur. Usan varias polleras superpuestas a la
altura de la rodilla, mientras aquellas usan monteras, las cajamarquinas
utilizan unos sombreros de copa altísimos.
Morosos entre las marcas del consumo
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