09-12-12. Ingresamos
al Parque con cierta sensación de fastidio. Siendo extranjeros, debimos pagar
$col 102.500 en concepto de entrada para dos, el vehículo y el parqueo del
mismo por un dos días. Además no tenían folletos impresos con información ni
con circuitos para autoguiarse.
Luego, el paisaje
pero especialmente la variedad de fauna compensaron ampliamente el precio de la
entrada.
Mono descansando. |
Descubra al bicho! |
Hacemos una
caminata hasta Cabo San Juan de la Guía, comprobamos que, por la fuerza del
oleaje, en la mayoría de las playas está prohibido bañarse.
El segundo día
salimos hacia el Sendero de las 9 Piedras. La densa vegetación con enormes
piedras, aquí y allá, crean un clima místico. El nombre de este sendero se debe
a nueve rocas talladas en forma de huevo con una perforación de lado a lado. Al
observar por ésta “ventanita circular” se recorta una parte del paisaje que
está enfrente, delimitando y concentrando la mirada en ese sector. Las nueve
piedras están ubicadas en lugares estratégicos del recorrido, acompañadas de
carteles de maderas con leyendas. Al llegar a la última piedra, en lo alto de
un mirador, la brisa marina atempera el calor.
Abajo, el
movimiento del mar es intenso. El oleaje rompe contra las rocas formando nubes
de espuma blanca.
Al regresar, caminando
por la selva: oigo un ruido. Me detengo para ver si son monos.
Escucho un
fuerte golpe, como el de una madera chocando el tronco de un árbol y luego una
fuerte carrera, de pasos cortos.
Veo aproximarse
hacia mí, desde lo oscuro de la selva, un primitivo lagarto (o iguana), con
patas verdes, pinches largos y amarillos salen de su cabeza. Apenas se desvía
para esquivarme, pasa rápidamente cruzando un sendero. Ver su carrera, con el
cuerpo tan cerca del suelo y los pasos tan apurados daba cierta risa y al mismo
tiempo sorpresa y preocupación. Nosotros no lo asustamos ¿qué sería lo que
puede agitar así a un animalito de reacciones tan sencillas?
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