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¡Hola!

Este blog es un lugar, un lugar en movimiento para compartir.

Compartir los viajes, los paisajes, las vivencias, las alegrías, las reflexiones y, por qué no, las penas, que, esperamos, no sean muchas.

¿Por qué territorio? Porque es la tierra que nos aloja y es, también, el aire, el mundo material y simbólico, las ilusiones y herencias que también nos sostienen.

¿Por qué en movimiento? Porque, al movernos, lo cambiaremos y será cambiado. Por el paisaje, la gente, el camino, otros soles, nuevas lluvias; en este desafío de trasladarnos con nuestro territorio a largo plazo, en el tiempo y en el espacio.

¡Suban con nosotros y acompáñennos! ¡Pongámonos en movimiento!

Adriana y Nelson


7 ene 2013

Parque Nacional Natural Tayrona


09-12-12. Ingresamos al Parque con cierta sensación de fastidio. Siendo extranjeros, debimos pagar $col 102.500 en concepto de entrada para dos, el vehículo y el parqueo del mismo por un dos días. Además no tenían folletos impresos con información ni con circuitos para autoguiarse.

Luego, el paisaje pero especialmente la variedad de fauna compensaron ampliamente el precio de la entrada.

Mono descansando.

Descubra al bicho!

Hacemos una caminata hasta Cabo San Juan de la Guía, comprobamos que, por la fuerza del oleaje, en la mayoría de las playas está prohibido bañarse.

El segundo día salimos hacia el Sendero de las 9 Piedras. La densa vegetación con enormes piedras, aquí y allá, crean un clima místico. El nombre de este sendero se debe a nueve rocas talladas en forma de huevo con una perforación de lado a lado. Al observar por ésta “ventanita circular” se recorta una parte del paisaje que está enfrente, delimitando y concentrando la mirada en ese sector. Las nueve piedras están ubicadas en lugares estratégicos del recorrido, acompañadas de carteles de maderas con leyendas. Al llegar a la última piedra, en lo alto de un mirador, la brisa marina atempera el calor.




















Abajo, el movimiento del mar es intenso. El oleaje rompe contra las rocas formando nubes de espuma blanca.



Al regresar, caminando por la selva: oigo un ruido. Me detengo para ver si son monos. 
Escucho un fuerte golpe, como el de una madera chocando el tronco de un árbol y luego una fuerte carrera, de pasos cortos.

Veo aproximarse hacia mí, desde lo oscuro de la selva, un primitivo lagarto (o iguana), con patas verdes, pinches largos y amarillos salen de su cabeza. Apenas se desvía para esquivarme, pasa rápidamente cruzando un sendero. Ver su carrera, con el cuerpo tan cerca del suelo y los pasos tan apurados daba cierta risa y al mismo tiempo sorpresa y preocupación. Nosotros no lo asustamos ¿qué sería lo que puede agitar así a un animalito de reacciones tan sencillas?


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