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¡Hola!

Este blog es un lugar, un lugar en movimiento para compartir.

Compartir los viajes, los paisajes, las vivencias, las alegrías, las reflexiones y, por qué no, las penas, que, esperamos, no sean muchas.

¿Por qué territorio? Porque es la tierra que nos aloja y es, también, el aire, el mundo material y simbólico, las ilusiones y herencias que también nos sostienen.

¿Por qué en movimiento? Porque, al movernos, lo cambiaremos y será cambiado. Por el paisaje, la gente, el camino, otros soles, nuevas lluvias; en este desafío de trasladarnos con nuestro territorio a largo plazo, en el tiempo y en el espacio.

¡Suban con nosotros y acompáñennos! ¡Pongámonos en movimiento!

Adriana y Nelson


27 ene 2013

San Gil, Santander, Colombia


23-12-12. Llegamos a San Gil, un amable policía de turismo nos indica donde podemos acampar, dibujando un plano mientras silba, canta y hace chistes.


Vamos al primer lugar que recomienda, el hotel campestre “Dos Quebradas”. Posee cabañas, piscina, lo atraviesa un río con su propia cascada y una taberna construida bajo las rocas. Aunque tiene amplia área para poner carpas, debemos quedarnos en el estacionamiento, ya que nos es imposible acceder al espacio verde en nuestro vehículo. Usamos los baños y duchas del sector de la piscina, el quincho e internet, pero carecemos de pileta donde lavar, lugar donde colgar ropa, electricidad para el vehículo y demás cosas de un camping tal como es necesario.



Taberna bajo la cascada.



















El lugar es hermoso para pasar unos días vacacionando. Nosotros, como siempre, tenemos listas de cosas para hacer o arreglar pero el lugar no es el más adecuado.


Aprovechamos internet al máximo para comunicarnos con nuestra familia, más aún estando tan cerca de las fiestas de fin de año.

24-12-12. Recorremos en bus los 2,5 km que hay hasta la ciudad. Encontramos un pueblo fervorosamente atareado en comprar, vender. Los cajeros automáticos están atestados, también los supermercados y las calles, donde el tránsito de peatones detiene a los autos, buses y a las consabidas motocicletas.





















Hicimos nuestras compras para la cena del 24 y, por primera vez, compramos carne para asar el 25, un importante trozo de “sobrebarriga” recomendado por el carnicero del Mercado.

25-12-12. Bajamos con todo lo necesario cerca del río y nos preparamos para pasar un agradable y tranquilo 25 de diciembre.
Juntamos ramas de las inmediaciones y, al encender el fuego, comprobamos que la madera, al igual que el carbón comprado, se consume a velocidad supersónica.




Luego de varias maldiciones e imprecaciones nos sentamos a comer. A los pocos minutos empieza a llover, seguimos almorzando trasladando las cosas bajo un árbol. Cuando vemos la ensalada flotar en el bol, decidimos dar por terminado el almuerzo y volvemos a la casita.

Por supuesto poco después, paró de llover y salió el sol. Vamos a la piscina a darnos un refrescante baño y descansamos en las reposeras. Sí, estábamos cansados!

¡Llegó Papá Noel!
26-12-12. Nuevamente vamos al pueblo y paseamos por el mercado. Probamos un delicioso “batido” de frutos que, parece, sólo se hace en este lugar. Volvemos caminando, 40’ cuesta arriba.




27-12-12. El calor es sofocante, aprovechamos la piscina, caminamos bajo los árboles, disfrutando la presencia de muchísimas aves.

Empiezan a llegar otros acampantes, que ocupan los espacios verdes.

Recibimos un mail alertándonos de que los trámites para la prolongación de la licencia laboral deben ser extendidos a otras instituciones. Nos produce mucha tensión ya que en estos días comienza el período vacacional en el sistema educativo de nuestro pais.

28-12-12. Desde la primera hora de la mañana ( 6.00 AM) y casi hasta el final del día continuamos la comunicación con amables y atentas colegas que tomaron la responsabilidad de efectivizar nuestros trámites en la lejana Patagonia. ¡A ellas, que ya estaban de vacaciones, nuestro mayor agradecimiento!

29-12-12. El lugar se sigue llenando, las condiciones higiénicas de los espacios comunes siguen disminuyendo. Por primera vez, lo que a partir de allí se incrementará en Colombia, se acerca una familia a charlar sobre el motorhome y nuestro viaje. A su vez, comenzamos a preguntar sobre dónde podríamos estacionar y pernoctar cerca de Bogotá. Nos preocupa que sea una ciudad tan grande y a unos 2.600 msnm.

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