Visitamos el
bellísimo santuario. Construido en estilo neogótico, sobre las laderas de un
acantilado, frente a una cascada y con un puente sostenido por arcos de medio
punto, sobre un correntoso rio de piedras, esta iglesia parece de un cuento de
hadas. No dan ganas de dejar de mirarla y fotografiarla desde todos los puntos
de vista que las escalinatas que descienden hasta ella permiten.
El pueblito parece
también de cuento, con calles irregulares empedradas y con numerosos puestos de
venta de artesanías.
Cuando logramos
despegarnos del paisaje, avanzamos al norte, hacia la ciudad de Pasto.
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