Bienvenida

¡Hola!

Este blog es un lugar, un lugar en movimiento para compartir.

Compartir los viajes, los paisajes, las vivencias, las alegrías, las reflexiones y, por qué no, las penas, que, esperamos, no sean muchas.

¿Por qué territorio? Porque es la tierra que nos aloja y es, también, el aire, el mundo material y simbólico, las ilusiones y herencias que también nos sostienen.

¿Por qué en movimiento? Porque, al movernos, lo cambiaremos y será cambiado. Por el paisaje, la gente, el camino, otros soles, nuevas lluvias; en este desafío de trasladarnos con nuestro territorio a largo plazo, en el tiempo y en el espacio.

¡Suban con nosotros y acompáñennos! ¡Pongámonos en movimiento!

Adriana y Nelson


22 feb 2013

Entrada a Venezuela


04-02-13. Quisiéramos hacer esta entrada más corta pero la verdad es que merece los detalles. Sobre todo podría serles de utilidad nuestra experiencia a aquellos que van a entrar a Venezuela con un vehículo.

Después de pasar una noche semi-despiertos (ver Entrada: “Hacia Cúcuta”), nos levantamos temprano, desayunamos y salimos para la frontera. Esperamos al lunes ya que hemos comprobado que no conviene cruzar las fronteras los fines de semana, menos en domingo.

Llegamos a las 7,15 hs. El tránsito, a esa hora, ya era numeroso. No sólo había bidones de combustible a los lados del camino para su venta (lo que vimos a la entrada de Cúcuta y hasta en Pamplona), sino también lubricantes y gente que cambiaba dinero agitando gruesos fajos de billetes al aire.




















Como no veíamos el lugar correspondiente para estacionar, empujados por la caravana de autos, nos pasamos de largo en la frontera, entrando a Venezuela.

Entrando sin querer.

Volviendo a Colombia.



































Giramos en una rotonda y volvimos a la Aduana Colombiana.
Hicimos los trámites de emigración rápidamente. pero tuvimos que esperar hasta las 8,00 hs. para que abrieran la DIAN, y así realizar los del vehículo.

Unas fotocopias y la comprobación del número de serie del motor dieron por finalizado este trámite pasadas las 8.30 hs.

Cruzamos nuevamente el puente sobre el Río Táchira, esta vez sí como emigrados de Colombia, con bastante lentitud debido al tránsito y los enjambres de motos que se nos adelantaban por la derecha y la izquierda, a veces al mismo tiempo.

Entrando con los papeles bien!
A eso de las 9,05 hs, iniciamos los trámites de ingreso en San Antonio del Táchira, haciendo una larga fila, no muy bien organizada. Nos trasladábamos de una ventanilla a otra sin saber cuál era para los trámites de entrada y cuál para los de salida del país. Todos los venezolanos y colombianos estaban igual de confundidos.

Por primera vez en este viaje, ante nuestro pedido, nos sellaron los pasaportes, otorgándonos 90 días para permanecer en el país.

Nos dirigimos luego a otra parte del edificio para hacer el trámite de Ingreso Temporal de la Master. Copiamos una larga lista de requisitos, que incluyen estampillas ($BF 22,5), seguro vehicular obligatorio y fotocopias de todos los documentos (de la persona que figura como titular y del vehículo).

Una de las dificultades más llamativas fue que para que nos diesen el número de inicio de trámite, hubo que dirigirse a una oficina que está en la vereda de enfrente, cruzando la avenida que lleva a Colombia la cual, a esa hora, estaba llena de peatones, motos camiones y autos que pasaban constantemente en ambas direcciones. Y como las motos no se detienen en la frontera (¡quién sabe porqué!), no aminoran su velocidad ni por casualidad, menos para que cruce un peatón.

Encontrar el lugar para sacar el seguro fue más complicado. En algunas agencias no figuraba este modelo de auto y nos rechazaban de plano.

Finalmente llegamos a una que nos fue solucionando varios inconvenientes. Sacamos el seguro por un año, ya que por menos tiempo en este país es imposible ($BF 645).

Como el sistema informático estaba caído, el trámite se demoró, pero el amable asesor de seguros que nos atendió nos hizo algunas recomendaciones para ayudarnos en la estadía en su país. Como por ejemplo, que nos acerquemos al Comando de la Guardia Nacional cuando lleguemos a cada ciudad y les preguntemos a ellos dónde estacionar para dormir.

También nos avisó que las estaciones de servicio en Venezuela cierran por la noche. ¡Buen dato! ¡Ya sabemos que no podremos contar con ellas para pernoctar!
Ronald, otro asesor de seguros que también estaba en la oficina, nos recomendó algunas ciudades por dónde continuar nuestro viaje.

Finalmente nos recibieron el pago del seguro en efectivo, aunque un cartel rezaba que sólo aceptaban tarjetas. Nosotros teníamos el dato de que en Venezuela el dinero rinde más cambiando en el mercado paralelo, así que trataremos de no usar las tarjetas.

Cuando volvimos con todos los papeles a la oficina de Tránsito de la Aduana, nos los reciben pero nos informan que debemos volver a las 14 hs, ya que están cerrando para ir a almorzar. Enojados vemos que son las 11,30 hs, ¿cuánto tiempo se toman para almorzar en este país los empleados públicos? Pero al rato caímos en la cuenta de que nos olvidamos de adelantar media hora el reloj. En realidad, eran las 12 hs.

Nos sentamos en una panadería y almorzamos “cachitos” con café oscuro.

Super rellenos de jamòn y queso. ¡Deliciosos!

Luego fuimos a la primera de todas las Plazas Bolívar que conoceremos en este país, donde tomamos un fresco raspado. El calor lo ameritaba.

La infaltable Plaza Bolìvar.

La vendeora (colombiana) que no quiere morir sin conocer Argentina.
Regresamos a la Aduana a continuar la espera. A eso de las 15 hs realizan una ligera inspección visual del interior y del motor, y nos indican que tenemos que ir a la Oficina de Tránsito, a unas quince cuadras de allí para que sellen la autorización final de ingreso del vehículo. Nos sorprende que nos piden y retienen el formulario de la Aduana colombiana que certifica el egreso de nuestro vehículo de ese país.

Cuando lo hacemos, a las 15,15 hs, podemos decir que terminamos el trámite de Inmigración. Es decir seis horas y media después de haberlo iniciado.

¡Podría haber sido peor, una pareja colombiana nos cuenta que ingresó su vehículo hace unos meses, y culminó este mismo trámite a las 18 hs! ¡Ya nos imaginábamos pasando la noche en el estacionamiento de la Aduana!

No hay comentarios:

Publicar un comentario