Tras unas horas de denso
tránsito, aunque eran las 6,15 de la mañana, tensionados y cansados llegamos
nuevamente a Chía. Creyendo que era demasiado temprano para hacer el reclamo
del arreglo, nos tomamos unos mates. Grande es nuestra decepción cuando al
llegar al negocio nos dicen que el técnico se acaba de ir por un trabajo y
hasta las 14 hs no estaría disponible. ¡Por sólo unos minutos lo perdimos!
Como se nos había roto el
adaptador de la manguera para cargar agua en el depósito de la casita,
empezamos a caminar buscándolo. Así pasamos por el local de gráfica en el que
nos habían hecho los mapas y banderas para la Master. Grande es la alegría de
volver a vernos y, consternados, nos cuentan que Daniel, el joven que nos
colocó las imágenes, esa mañana había sido reclutado por el ejército para hacer
el Servicio Militar (que aquí es obligatorio) en su camino al trabajo.
Como teníamos tiempo de
espera, decidimos encargar 5 stickers con logos de los países ya visitados. Nos
aseguran que estarían listos para las 16 hs.
Aprovechamos el tiempo yendo
al supermercado y al volver nos golpean la puerta. Era el técnico de la cocina.
Desarma todo de nuevo y esta vez cambia la abrazadera de la manguera que lleva
el gas desde la garrafa hasta la cocina. ¡Esta vez parece que está totalmente
solucionado el problema de la pérdida! ¡No lo podemos creer!
A las 13 hs ya estábamos
desocupados, pero debíamos esperar los stickers, que recién a las 17,30 hs
estuvieron listos. Quedamos contentos con el resultado. En algún momento los
colocaremos.
Tras afectuosos saludos nos
despedimos para partir. ¡Ya estaba empezando a oscurecer!
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