Tren Turístico. |
Nos contactamos con Carlos y Perla, a quienes habíamos conocido en Barichara. Allá la charla comenzó a partir de los recuerdos que les despertó ver a la Blanquita; ellos habían viajado por Europa hace varios años también en motorhome, un buen vino tinto alargó la conversación y nos ofrecieron su colaboración en caso de necesitarla.
Nos reciben muy cálida y amablemente en su casa, un hermoso predio en las afueras de Cajicá. Además de cultivar un lindo huerto, han adoptado en el transcurso de los años muchos animales. Actualmente hay trece perros, diez gatos y Rita, un loro parlanchín.
Les pedimos de dejar la Blanquita en su casa, mientras nosotros estamos en Bogotá, a lo cual acceden encantados.
En el transcurso de ese día, y el siguiente, compartimos muy interesantes charlas, acompañados de deliciosos desayunos y meriendas con croissants de queso y chocolate, almojábanas, arepas, pan de yuca, pan de cuajada y, también, mate argentino. Perla nos agasajó con sus jugos naturales, con feijoa de su huerta, por ejemplo.
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