Bienvenida

¡Hola!

Este blog es un lugar, un lugar en movimiento para compartir.

Compartir los viajes, los paisajes, las vivencias, las alegrías, las reflexiones y, por qué no, las penas, que, esperamos, no sean muchas.

¿Por qué territorio? Porque es la tierra que nos aloja y es, también, el aire, el mundo material y simbólico, las ilusiones y herencias que también nos sostienen.

¿Por qué en movimiento? Porque, al movernos, lo cambiaremos y será cambiado. Por el paisaje, la gente, el camino, otros soles, nuevas lluvias; en este desafío de trasladarnos con nuestro territorio a largo plazo, en el tiempo y en el espacio.

¡Suban con nosotros y acompáñennos! ¡Pongámonos en movimiento!

Adriana y Nelson


9 feb 2013

Voviendo a Bogotá


28-01-13. Disfrutamos la última mañana del camping San Jorge en Villa de Leyva para iniciar la vuelta a Bogotá, un poco tristes, porque Antonella debe regresar a la Argentina.

 
Los días que pasamos con ella fueron muy agradables y, una vez más, cuesta despedirse ya que hasta dentro de unos cuantos meses más, no nos volveremos a ver.
Decidimos parar en Chiquinquirá para que Anto conozca la Basílica y la Iglesia de la Renovación, cuyas arquitecturas e historia nos resultaron interesantes.


Avanzamos hacia Zipaquirá, deteniéndonos a pasar la noche en una estación de servicio sobre la ruta. Mientras charlamos, Anto armó su tercera pulsera con mostacillas, práctica que adquirió durante estos días en Colombia. ¡¡¡Le quedaron muy lindas!!!!


 
Al día siguiente, una vez más la despertamos muy temprano para movernos y desayunar en otro sitio más agradable. Creemos que uno de los mayores reclamos que tiene para hacernos en este viaje son las pocas horas que la dejamos dormir, lo cual está relacionado con las características de la vida en motorhome.
Al mediodía avanzamos hasta Chía. Como teníamos tiempo y encontramos locales específicos y técnicos con los conocimientos adecuados hicimos arreglar, nuevamente, la cocina ya que desde hacía unos días volvió a aparecer la pérdida de gas. Después de algunas horas de trabajo, y un pago muy elevado que parecía acorde a lo realizado, lamentablemente comprobamos que la pérdida de gas, aunque menor, continuaba. Pero ya no estábamos en esa ciudad.

Diosa Chísa.

Ofertas.


 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

En nuestro avanzar hacia Bogotá, por la ruta a Cota, nos detuvimos a almorzar en un “asadero”, una abundante bandeja con carne, papas, plátanos y arepas.
Grande fue nuestra sorpresa cuando se acerca Javier, un geólogo que conocimos en Tierra Adentro dos meses atrás y, amablemente, nos pasa fotos del sitio arqueológico sacadas por él, ya que las nuestras se habían ido con la cámara robada. ¡Gracias Javier!



 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Nos acercamos a 16 kilómetros del aeropuerto para pasar la noche en espera de la partida del vuelo. A las 5, 20 horas debíamos estar allí. Eran tiempos de espera, las últimas horas de estar juntos, antes de su partida.
A las seis nos despedimos. Nosotros un poco tristes pero con el sentimiento de  felicidad por habernos encontrado y por los momentos vividos. ¡Feliz Viaje Anto!


Partimos nuevamente hacia Chía con la intención de que arreglen la cocina definitivamente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario