Bienvenida

¡Hola!

Este blog es un lugar, un lugar en movimiento para compartir.

Compartir los viajes, los paisajes, las vivencias, las alegrías, las reflexiones y, por qué no, las penas, que, esperamos, no sean muchas.

¿Por qué territorio? Porque es la tierra que nos aloja y es, también, el aire, el mundo material y simbólico, las ilusiones y herencias que también nos sostienen.

¿Por qué en movimiento? Porque, al movernos, lo cambiaremos y será cambiado. Por el paisaje, la gente, el camino, otros soles, nuevas lluvias; en este desafío de trasladarnos con nuestro territorio a largo plazo, en el tiempo y en el espacio.

¡Suban con nosotros y acompáñennos! ¡Pongámonos en movimiento!

Adriana y Nelson


18 may 2013

Canoa Quebrada




Lo sentimos como uno de esos pueblos para quedarse o para volver.

Decidimos parar en un camping para poder disfrutar de la playa y del mar a pleno. Lo hicimos en el Vía Láctea, una Pousada frente al mar que, además de habitaciones, tiene espacios verdes donde acampar y una atractiva piscina rodeada de cocoteros.


Durante los días que estuvimos, el clima fue perfecto, sólo alguna tormenta por la noche de la que no quedaban rastros al amanecer.

Por la mañana, nuestras actividades se concentraban en desayunos al aire libre, largas caminatas por las playas y baños en el cálido mar turquesa.



















Hacia un lado el paisaje nos regalaba amplios espacios de arena clara que contrastaban con los médanos de arena roja y las coloridas sombrillas de los restaurants. Hacia el otro, casi sin urbanización, el paisaje era amplio, solitario con decenas de molinos generadores de energía al frente. El blanco y celeste del mar, del cielo, de las icónicas nubes y de los inmensos molinos nos provocaban mucha calma durante los paseos.



















La forma singular de los barcos de los pescadores conforman una de las imágenes características de este lugar.



Como disponíamos de excelente conectividad, nos comunicábamos con toda la familia vía skype y nos pusimos al día con los mails.

Por las tardes paseábamos por las empedradas calles del pueblito plagado de locales de venta de artesanías y accesorios para la vida vacacional que le dan un toque alegre, pintoresco y de gran vitalidad al lugar.


A la noche, los restaurantes se llenaban de gente que disfrutaba de la exquisita comida marina y de la música en vivo, interpretada por artistas locales. Nosotros no lo dejamos pasar y festejamos con caipiriñas y peixes fritos nuestra última noche en Canoa.

¡Un lugar para volver!


No hay comentarios:

Publicar un comentario