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¡Hola!

Este blog es un lugar, un lugar en movimiento para compartir.

Compartir los viajes, los paisajes, las vivencias, las alegrías, las reflexiones y, por qué no, las penas, que, esperamos, no sean muchas.

¿Por qué territorio? Porque es la tierra que nos aloja y es, también, el aire, el mundo material y simbólico, las ilusiones y herencias que también nos sostienen.

¿Por qué en movimiento? Porque, al movernos, lo cambiaremos y será cambiado. Por el paisaje, la gente, el camino, otros soles, nuevas lluvias; en este desafío de trasladarnos con nuestro territorio a largo plazo, en el tiempo y en el espacio.

¡Suban con nosotros y acompáñennos! ¡Pongámonos en movimiento!

Adriana y Nelson


17 ago 2012

Cerro Azul


Yendo al norte, llegamos a Chincha Alta, de la cual teníamos como dato interesante su gastronomía con características africanas pero, como era temprano, no la íbamos a disfrutar.
“En la ruta nos llama la atención un pequeño grupo de gente, vestida con una especie de túnicas, que llevaban una cruz de unos dos mts de altura con rueditas abajo, otro un crucifijo y otros dos una virgen en una urna de vidrio. Iban con mucha energía caminando hacia el norte”. Descubrimos que no era un deja vu, logramos fotografiarlos.



Llegamos a doce km de San Vicente de Cañete, otro posible destino, y nos desviamos hacia la costa donde descubrimos Cerro Azul.



Muy tranquila, como Playa Unión, pero con una infraestructura preparada para el turismo mucho más notoria. Queremos destacar la amabilidad con que fuimos recibidos, sobre todo por César quien trabaja en el Museo Municipal, ocupándose para que nos sintamos cómodos y seguros, indicándonos donde estacionar (cerca del muelle), dando aviso a los guardias nocturnos para que estén atentos a nuestro vehículo.

El Museo muestra las características de la cultura de la zona: la producción ictícola, con variedades de pescados disecados en sus vitrinas, elementos que se usan en la pesca artesanal y cerámicas, tejidos y fotos de antiguas construcciones precolombinas.
Visitamos también el Taller de Cerámica Municipal, lugar de enseñanza y producción.

Formación natural: El Monje
Caminamos por la playa y calles, cuyas veredas, por su brillo, parecían lustradas.
Al otro día, en la playa conocimos a Luciano, un artesano de 55 años que, aunque dijo que sólo estudió hasta segundo año del secundario, compartió con nosotros sus amplísimos conocimientos, su experiencia de haber viajado por diversos países de América y Europa, y su interesante actitud crítica y reflexiva.
Como no realizamos ninguna compra a pesar de la calidad de su trabajo, explicándole las características de nuestro viaje, terminó queriendo regalarnos algunas de sus obras, sólo aceptamos la pulsera de conchas marinas.

Ave que habita el muelle

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