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¡Hola!

Este blog es un lugar, un lugar en movimiento para compartir.

Compartir los viajes, los paisajes, las vivencias, las alegrías, las reflexiones y, por qué no, las penas, que, esperamos, no sean muchas.

¿Por qué territorio? Porque es la tierra que nos aloja y es, también, el aire, el mundo material y simbólico, las ilusiones y herencias que también nos sostienen.

¿Por qué en movimiento? Porque, al movernos, lo cambiaremos y será cambiado. Por el paisaje, la gente, el camino, otros soles, nuevas lluvias; en este desafío de trasladarnos con nuestro territorio a largo plazo, en el tiempo y en el espacio.

¡Suban con nosotros y acompáñennos! ¡Pongámonos en movimiento!

Adriana y Nelson


28 ago 2012

Lima


03-08-12. Luego de recorrer Pachacamac, entramos a la ciudad de Lima. El día estaba gris y frío.
No teníamos información certera sobre dónde estacionar para pernoctar, pero, como pasó tantas veces,  confiábamos en poder encontrar un lugar.

Queríamos hacer el service de los 20.000 al km al vehículo ya que, si bien aún no los tenía, sabíamos que más al norte iba a ser más complicado realizarlo, por eso era una de las metas en la ciudad. Otra, conocer a unos amigos de nuestra familia, recorrer algunos museos y el centro histórico. Además teníamos invitaciones de gente, con muy buena onda que habíamos conocido en el camino y reside en Lima, para juntarnos.

Recorrimos dos locales de la marca donde pudieran hacer el service, así comprobamos todo lo que escuchamos sobre el tránsito en Lima. Si bien ya conducimos en Buenos Aires, Sao Paulo, Río de Janeiro y calles rotas/peatonales/con puestos ambulantes sobre la misma en la inigualable Pisco, en Lima tienen una forma muy distinta a lo visto hasta el momento. 
Finalmente, pudimos quedarnos tres noches (en dos diferentes sitios), pidiendo muchos permisos y hablando con distintas autoridades.

Para pernoctar la primer noche, en una pequeña calle entre dos parques, quedamos registrados con nombre apellido y número de documento, las autoridades policiales alegaban que pasar una noche allí era considerado “campamento” por cuestiones reglamentarias e iba a ver quejas de los vecinos. Además argumentaron que si teníamos esta aprobación, seguramente la gente de tránsito iba a querer remolcar el vehículo al verlo allí por la noche.

Luego de una odisea (que incluyó hablar con varios policías de distintas jerarquías y personal de tránsito, en el transcurso de varias horas, por lo que iba anocheciendo y reduciéndose las posibilidades de encontrar algún lugar) logramos convencerlos, con la promesa de que nos iríamos a la mañana siguiente. Cosa que hicimos antes de las 7.00, sin desayunar siquiera.

Encontramos un lugar en la playa, pagamos estacionamiento durante el día, el Serenazgo del lugar nos trató muy bien. Pasamos allí dos noches, hasta que en la mañana siguiente un agente nos dice de muy mal modo que debemos irnos de donde estábamos estacionados, con argumentos falaces, poco claros y contradictorios.

Como ése día era el service, el clima seguía frío y húmedo, ya habíamos compartido gratísimos momentos con algunas personas de las que fuimos a conocer, realizamos el service del vehículo y nos largamos de Lima.

Lo lamentamos, ya que había gente con quienes queríamos compartir otros momentos y lugares que, suponemos, Lima debe tener para conocer, pero no sentíamos ganas de permanecer allí, ni lo veíamos viable.

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