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¡Hola!

Este blog es un lugar, un lugar en movimiento para compartir.

Compartir los viajes, los paisajes, las vivencias, las alegrías, las reflexiones y, por qué no, las penas, que, esperamos, no sean muchas.

¿Por qué territorio? Porque es la tierra que nos aloja y es, también, el aire, el mundo material y simbólico, las ilusiones y herencias que también nos sostienen.

¿Por qué en movimiento? Porque, al movernos, lo cambiaremos y será cambiado. Por el paisaje, la gente, el camino, otros soles, nuevas lluvias; en este desafío de trasladarnos con nuestro territorio a largo plazo, en el tiempo y en el espacio.

¡Suban con nosotros y acompáñennos! ¡Pongámonos en movimiento!

Adriana y Nelson


9 jul 2012

Pantanal


24-06-12. Llegamos a Poconé, último pueblo sobre ruta asfaltada antes de ingresar a Pantanal. Se trata de un pueblo sencillo con gente muy amable, en cuyo extremo sur comienza la ruta Traspantaneira, de tierra, que llega a Puerto Jofré, 150 km al sur, después de atravesar 122 puentes de madera. No sabemos si es porque llegamos un sábado, pero gran cantidad de autos pasan con sus parlantes al máximo, algunos, incluso, teniendo éstos deteriorados, lo que hace que el sonido distorsionado no sea muy agradable.
El domingo llenamos el tanque de combustible, según consejo, y partimos hacia el pantano, sin guía, aunque también varios nos dijeron de la conveniencia de hacerlo, otros opinaron lo contrario.
Se llama Pantanal a esta región que:” es una de las mayores extensiones húmedas continuas, de constitución única en el planeta. Es resultado de la separación del océano hace millones de años, formando lo que se puede llamar mar interior. La planicie es levemente ondulada, puntillada por raras elevaciones aisladas, generalmente llamadas sierras y morros y rica en depresiones rasas” (folleto del Sedtur).
Decidimos ir bien despacio, la velocidad ideal en la ruta Transpantaneira para viajar con nuestra casita es a 15 km/hora. Hasta esa velocidad, las cosas se mueven y chillan pero pareciera que no sufren tanto, pasada esa velocidad, empieza un bamboleo en la parte posterior de la Master como si hubiera un terremoto. Teniendo en cuenta esa limitación y los tiempos que implican, el viaje es insuperable.

¡¡¡¡Mientras transitábamos se nos vinieron los bueyes!!!!

A 22 kilómetros se llega al Portón de Entrada. Fue hermoso, como si estuviera todo preparado, y tal vez lo está, aparece frente al mismo un pantano con plantas acuáticas, inmensas y multitud de de aves diversas especies, incluso ya se veían yacarés.



















De allí en más se continúa con estos escenarios, más o menos poblados, más o menos llamativos, más o menos agrestes.
Avanzamos 64 km hasta Pixaim, que creímos era un pueblito y terminó siendo un complejo turístico que se encontraba cerrado. A partir de allí comienza una zona de pantanos más continuos, que se prolonga 85 km hasta Porto Jofré.


















Pudimos observar y fotografiar muchos animales y vivenciar situaciones típicas del bioma, como la de ver saltar un yacaré, hasta ese momento oculto bajo el agua, para tratar de atrapar un ave mucho más grande que él, a la que estábamos intentando fotografiar.





















Algunos puentes, decía la revista “Rodoviario”, están en pésimo estado de conservación, así lo fuimos comprobando, hasta llegar a uno en que el lugar por el que debía pasar la rueda era un agujero inmenso, eran necesarias maniobras complicadas sobre tablas sueltas para avanzar, que no estuvimos dispuestos a realizar; ya habíamos esquivados clavos salientes, chapas dobladas, maderas desprendidas, en donde uno de nosotros se bajaba del auto para guiar la posición exacta de las ruedas, siempre bajo la atenta mirada de algún yacaré, que se encontraba apostado abajo o cerca del puente.




















Esa  noche dormimos a la entrada del Pantanal Mato Grosso Hotel, y no pudimos hacer la salida nocturna con linternas que organizaban allí, porque el “motorista” no había regresado de la ciudad. Aunque nos ahorramos R$ 50 en total, lo lamentamos porque debía ser una experiencia increíble. Como la noche estaba despejada, nos quedamos oyendo los sonidos del lugar.
A la mañana siguiente, a las 6,30 ya las aves llenaban el ambiente con sus cantos. Fuimos a hacer la “trilha” (sendero) que ofrece el hotel.





















Avistamos numerosas especies de aves, vimos dos comunidades de monos diferentes. Pasó muy cerca nuestro un puma, que seguramente nos venía acechando y, cuando “nos vimos” comenzó a correr grácilmente, como lo hacen los felinos. El día anterior habíamos visto fugazmente un ocelote, que se nos cruzó cuando íbamos conduciendo. También una especie de ciervo que huyó entre la vegetación.

Mono roncador 

Gigante tela de araña (2,20 x 2 x 6 mts aprox.)

 Ya regresando, asistimos al “baño” matutino de una familia de capibaras, embarrándose hasta más no poder en un gran charco en la ruta. El que debía ser el padre, vigilaba nuestros movimientos pero no le debimos parecer peligrosos porque al rato se sentó y apartó la vista hasta que nos fuimos.

2 comentarios:

  1. Hola chicos, que bonitas imágenes. Me hice un tiempito para entrar a mirar por donde andan. Yo salí de vacaciones el sábado, estoy en n Bs. As, mañana parto para galápagos, a ver las tortugas de Darwin. También escribiendo mi diario de viaje, pero en soporte papel, a la antigua! Sigan disfrutando y contando aventuras!

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    1. Vos sí
      que te das la buena vida!!!!! Qué disfrutes mucho!!!
      Te cuento que nuestra previa al blog también es en soporte papel!!! jajajajajaja!!!! Besos

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