29-09-12. Canoa es centro turístico nacional e internacional. Hay muchos
hostales y varios campings, de éstos ninguno preparado para recibir casas
rodantes.
Nos alojamos en el Hostal Canoamar, es rústico, pero tiene aire caribeño y
posee los servicios esenciales. Hay que tener en cuenta, en esta zona, que hay
que preguntar si cuentan con agua caliente. En éste hay habitaciones que la
tienen, y otras que no.
Nos resulta extraño y chocante, el diseño del baño, que es bastante promiscuo. La puerta es abierta, tanto arriba como abajo, del tipo saloon…¡incómodo!
Disfrutamos de lindos atardeceres.
Nuestros paseos por las amplias playas nos hizo desembocar en la punta
norte, donde el mar intenta devolver los desperdicios que la “civilización” le
propina. Hallamos también tortugas de gran tamaño y peces muertos.
Para hacer algo distinto, intentamos pasar todo un día en la playa; nos llama la atención la cantidad de gente que ingresa al mar con ropa de uso habitual.
Típico "encebollado", puede comerse en los barcitos de la playa. |
El hecho de que, por primera vez en el viaje, se nos acabe el gas de la garrafa, nos permite conocer gente del lugar, la cual es muy, muy tranquila. En los comercios, hay hamacas (de las que en Argentina denominamos: paraguayas) en su interior, por lo que es común que el dueño o empleado esté recostado allí cuando uno ingresa.
Preguntando para recargar la garrafa, un matrimonio nos lleva hasta su
cocina para mostrarnos cómo es el sistema aquí; el revendedor de gas del pueblo
nos explica que debemos ir hasta Esmeraldas y allí, en la refinería, intentar
que la recarguen, ya que el “cilindro” ecuatoriano tiene un pico y un regulador
distinto al que usamos en Argentina.
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