Montañita, Olón, San Lorenzo

A sugerencia de nuestro amigo Pelusa, vamos a Montañita, el que sería nuestro punto de llegada más al sur en la Ruta del Sol. Encontramos un pueblito con amplia playa, lleno de surfistas y artesanos. Breve y tranquilo, encontramos muchas construcciones en realización y otras extrañamente detenidas.

Por la noche se festeja el cumpleaños de un morador con música en vivo. Desde temprano, y hasta las 4.20 hs AM la orquesta no paró de tocar, a partir de esa hora las grabaciones siguieron contándole a todos los que no podían dormir que la jarana continuaba, y continuó hasta que salió el sol. El único hit que reconocimos fue “Mi Querido Viejo” de Piero.

25-09-12. Retomamos el camino hacia el norte. Entramos a Olón y caminamos sus playas. Muy tranquilo, con hermosas casas que llegan hasta el mar. Todos los que nos cruzan nos saludan.

La ruta sube y baja casi siempre cerca del mar, atravesamos la floresta verde húmeda que se transforma por momentos en selva, pocos kilómetros después la elevación nos lleva a la floresta seca y solamente vemos plantas que esperan con ansias la lluvia que les devuelva su verdor.

Nos detenemos a almorzar en San Lorenzo. Encontramos en la playa, con cierta separación entre sí, unas extrañas cajas de alambre. Un lugareño nos dice que allí abajo, enterrados hay huevos de tortugas marinas. Las cajas se ponen para protegerlos. Las tortugas han desovado allí y recién en enero van a eclosionar. Empezamos a charlar y nos cuenta que varios extranjeros han pasado la noche donde estamos estacionados, que el lugar es muy tranquilo, invitándonos a quedarnos. 

De todos modos nos decidimos en seguir camino, al encender el auto nos mira apenado y nos despedimos.

Hacemos noche en Montecristi, la ciudad de los sombreros de paja toquilla.

La falta de mantenimiento de sus interesantes construcciones hace que no nos resulte atractiva. Sólo la iglesia, edificada en un plano más elevado, se destaca por sobre el resto por la blancura de sus muros recién pintados.