31-03-13. Es un hecho que la
cantidad de tiempo no hace a la profundidad de las relaciones. En este viaje lo
comprobamos en varias oportunidades, y aquí, una vez más.
Llegamos a Upata a eso de las
17 hs. Solicitamos permiso para estacionar al costado de la Estación Policial y
cruzamos al comercio de enfrente para comprar agua mineral. Allí conocimos a
Pedro, un venezolano más argentino que muchos otros.
En principio nos sorprendió
su amabilidad de darnos, sin haberle pagado, un bidón de 20 litros de agua
mineral para que lo vaciemos en los nuestros más pequeños. Al volver al local
para devolverle el envase y abonarle el contenido, lo encontramos tomando mate,
y orgulloso, nos muestra una inmensa y hermosa bandera argentina.
Más tarde nos contó que desde
los nueve años va a ver a nuestra selección de fútbol cuando juega en Venezuela,
se declaró hincha de Boca Juniors, nos hizo escuchar las distintas versiones
que tiene grabadas del himno argentino y con mucho sentimiento cantó la
interpretada por Jairo.
La agradable charla continuó
durante la cena, que compartimos en una excelente pizzería del lugar y
prolongamos en nuestra casita con chocolate y whisky de postre. Por sus
actividades profesionales y compromiso político, nos dio un panorama
interesante y distinto de los que veníamos escuchando sobre este país.
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